Conceptualización de la Escritura. Segundo Momento: Simbólico




  Una vez conocido que existen dos modos de representación gráfica el icónico (dibujo) y el no icónico (escritura) el siguiente momento es cuando los niños y las niñas necesitan saber de qué manera se relacionan el dibujo y la escritura (imágenes y el texto escrito de un cuento, relaciones similares en inscripciones del medio ambiente o en sus propias producciones gráficas).
   

   
  Reconocen que dibujo y escritura están diferenciados y que los textos tienen un significado; pero para lograr identificarlo debe ir acompañado de un dibujo. No obstante, observan que el modo no icónico de representación (la escritura) tiende a expresar algo que él o ella todavía desconocen. Surge entonces, la hipótesis del nombre, es decir, que las letras (grafías) se usan para representar una propiedad de los objetos (seres humanos, animales, cosas…) que el dibujo no tiene capacidad de representar y eso, en primera instancia, a la lógica del niño y la niña, es el nombre del objeto dibujado.

  Esta hipótesis representa la diferenciación paulatina entre el dibujo y la escritura. Así, los niños y las niñas, utilizan marcas figurativas cuando dibujan -es una pelota- y no figurativas cuando escriben -dice pelota-, las cuales pueden ser líneas onduladas o quebradas, palitos, bolitas y/o letras (grafías), todas bien diferentes de las producciones icónicas (dibujos). Luego, comienzan a construir hipótesis acerca de cuáles son las características formales que debe poseer un texto para ser leído.

 Aquí, se da otro proceso, las condiciones de interpretabilidad (no basta con que la escritura tenga formas arbitrarias y dispuestas linealmente, hacen falta ciertas condiciones para ser una buena representación del objeto, que éste diga algo); por lo tanto, el niño y la niña comienzan a enfrentarse a un dilema que se organiza en dos direcciones: la cuantitativa y la cualitativa.  

  En lo cuantitativo, el niño y la niña enfrentan el siguiente dilema: ¿con cuántas letras se puede escribir el nombre de un objeto? Resuelven el problema, por lo general, con la hipótesis de que para que algo se pueda escribir debe tener al menos tres letras, las palabras que no cumplan con esta condición, no se pueden escribir, construyen así la hipótesis del principio de cantidad mínima.

  Avanzando en su conceptualización, surge la pregunta ¿qué extensión debe llevar el nombre del objeto? Cabe señalar, que todavía no descubren la pauta sonora, es decir, la interrelación que tiene la lengua oral y la escrita para la cantidad de letras que se escriben, pero si, lo relacionan con las características del objeto referente (tamaño del objeto, número de objetos, edad, relación filial...). Elaboran de este modo la diferenciación cuantitativa.

  Por otra parte, ante el dilema de lo cualitativo, surge la pregunta: ¿con qué grafías se puede representar el nombre de un objeto?; como respuesta se obtiene que un objeto se puede escribir cuando las letras son diferentes; elaborándose de esta forma la hipótesis del principio de variedad.  En  esta  hipótesis  se  dan  dos diferenciaciones: la variante interfigural (escritura de dos palabras de diferente forma) y la variante intrafigural: (no repetición de letras en la misma palabra), adoptándose así un control progresivo de las variaciones cualitativas y cuantitativas.

  En este momentos se evidencia, en los infantes, un logro: el adquirir ciertos modelos estables de escritura, que son capaces de reproducir en ausencia del modelo, ya que, los niños y las niñas tienden a preguntarse ¿Por qué esas letras y no otras?, ¿por qué esa cantidad de letras? De las formas fijas el nombre propio es una de las más importantes, distinguiéndose la hipótesis de formas fijas en cuanto al nombre propio. No obstante, la correspondencia entre la escritura y el nombre propio es todavía global y no analizable: a la totalidad que constituye la escritura se le hace corresponder otra totalidad, el nombre correspondiente, pero las partes de la primera no pertenecen aún a partes del nombre.

  Por otro lado, los niños y las niñas pueden establecer cantidades mínimas y máximas de grafías para comparar interrelacionadamente una palabra con la otra letra, creando variaciones cuantitativas y cualitativas en un conjunto, arrojando producciones escritas diferenciadas, organizadas en seis (06) categorías, dependiendo ello, de lo amplio o limitado que sea el repertorio de grafías empleadas.

  Así se tiene: (a) Secuencia de Repertorio Fijo con cantidad Variable, representación de grafías iguales y en el mismo orden; pero se añaden o se quitan algunas grafías en la secuencia, (b) Cantidad Constante con Repertorio Fijo, representación de palabras con una constancia de grafías; pero otras varían de posición, (c) Cantidad Variable con Repertorio Fijo Parcial, representación fija en posición de grafías; pero con variación de unas en lugar y en cantidad, (d) Cantidad Constante Repertorio Variable, representación de una cantidad constante de grafías; pero cambiando tanto en orden como en las utilizadas, (e) Cantidad Variable con Repertorio Variable, representación con control del número y el tipo de grafías utilizadas para diferenciar una palabra de otra y (f) Cantidad variable y presencia de valor sonoro inicial,inicio de la correspondencia sonora con la letra inicial de la palabra; pero con variación en el resto de la palabra, tanto en cantidad como de grafías utilizadas.

  Finalmente, cabe destacar que, todos esos esfuerzos de los niños y las niñas por crear modos de diferenciación gráfica los lleva a representar diferentes palabras que preceden al conocimiento de la relación alfabética entre el sonido de una palabra y su representación escrita. Este aspecto es lo que caracteriza al último momento el Lingüístico, publicado en los  post que siguen.

Referencias Bibliográficas

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (2003), Los niños piensan sobre la lectoescritura, México, Siglo XXI (Cd Room).

Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos: textos escogidos. México: Pátzcuaro,
CREFAL.

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Kaufman, A M. (2000), Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Experiencias pedagógicas en jardín de infantes y escuela primaria, 8ª ed., Buenos Aires: Aique

Lerner, D (2001), Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México: Fondo de Cultura Económica

Los y las invito, Docentes y todo profesional en el contexto de la Pedagogía de la Escritura y las Dificultades de Aprendizaje a su meditación, reflexión y participación.


Llegue a ustedes mi más cordial gratitud y bendiciones.
Ingrid Sanz
Editora
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