EL CUENTO COMO ESTRATEGIA PROYECTIVA EN LA INTERVENCIÓN DEL CLIMA FAMILIAR

Érase una vez… 
Impregnándose del carácter afectivo de los Cuentos, captando con precisión su tono, su lenguaje semejante al de los sueños y que desde ello, puede transportar tanto al narrador como a la audiencia, por una parte, hacia una vivencia de bienestar y por la otra, hacia una experiencia protagonista de tensiones y conflictos; se puede franquear el umbral de su capacidad proyectiva. Tal capacidad proyectiva, la configura una serie de elementos, ésos son entre otros: (a) encantamiento, (b) sueños y pesadillas y (c) héroes y heroínas.

Encantamiento: se conecta con el inicio de los cuentos: había una vez…; en un pueblo con flores de maravillosos colores…, que invita al interlocutor o audiencia a la imaginación y a partir de allí el trasladarse a otro contexto, a ese mundo donde todo es posible, donde la situación personal se puede revelar desde lo mágico… desde lo encantado.

Sueños y Pesadillas: hace referencia a los elementos que pueden orientar hacia las experiencias de bienestar como de tensiones y conflictos. En el caso de las experiencias de bienestar serían: las hadas, la varita mágica, el mago, los ángeles, la alfombra mágica, el cisne, las aves…; mientras que, los ogros, las brujas, las serpientes…, pueden ubicar a experiencias de tensión y conflicto.

Héroes y Heroínas: son los personajes de los cuentos, protagonistas de las diversas experiencias de bienestar, tensiones y conflictos en los que el narrador y/o la audiencia pueden identificarse y transportar sus historias personales.

Todos estos elementos configuran una lógica del símbolo en la experiencia humana; es decir, como todas estas imágenes de diversas apariencias tienen un denominador común: la organización y elaboración del mundo personal ejerce su soberanía en la imaginación. Entonces desde allí, se comprende la capacidad proyectiva del cuento, en tanto, permite desde la historia que se muestra, ser parte de esa historia, vivenciar la propia experiencia y por ende, genera la posibilidad de elementos de cambio para la visión de la realidad personal, pues permite, reorientar distorsiones en los mapas y creencias y hacer un manejo ecológico de los mismos.

En este sentido, su uso proyectivo se alinea con el O.P.V (otro punto de vista), que es una herramienta que permite entrar en el mapa del otro, para poder explorar su visión de mundo. Así, versionando las historias reales de los cuentos clásicos, desde la visión y experiencias de sus personajes no protagónicos, se puede explorar la experiencia personal y su percepción de mundo, de su realidad.  

Ahora bien, en el contexto de la realidad familiar, este grupo, forma  y  educa  al  niño a la niña o al adolescente de acuerdo a su particular modo de visionar su realidad y la misma está influenciada por elementos culturales, sociales e históricos que configuran las creencias y valores que delinean la dinámica familiar y conformará lo que es ser familia en cada grupo humano.

En  consecuencia, coloca al grupo familiar como  el  actor facilitador  o  de riesgo  en  el desarrollo y aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes, por cuanto, en el ejercicio de sus prácticas, generará un clima o bien enriquecedor, (en el lenguaje de cuentos de sueños) de respeto, de una formación del conocimiento y valoración propios positivos, de acompañamiento en el proceso de aprender, de atención a las necesidades, de valoración del éxito y estimulación y refuerzo ante el fracaso; o por el contrario, de un clima descalificador, (en el lenguaje de cuentos de pesadillas) agresivo, de poco respeto y desatención a las necesidades, con ausencias de acompañamiento en el proceso de aprender, que no alienta el éxito y estimula las situaciones de fracaso, que posibilita la construcción de la percepción y valoración propia en un contexto de distorsiones e incongruencias.

Para finalizar, en estas vertientes de clima familiar, el Docente Especialista tiene una alternativa pedagógica, a través del uso proyectivo del cuento, particularmente, con el O.P.V., pues le permite a sus educandos, entrar de modo indirecto en su realidad familiar, explorar su visión de familia, conectarse, entre otros, con sus sueños y pesadillas y posibilitar la construcción de los elementos de cambio.    

Referencia:

Rousseau, R-l (1994). La otra cara de los cuentos. España: Tikal Ediciones.

Los y las invito, a su meditación, reflexión y comentarios.

Llegue a ustedes mi más cordial gratitud por seguir a Discapacidad Digital.




Ingrid Sanz

Editora

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