EL CUENTO COMO ESTRATEGIA PROYECTIVA EN LA INTERVENCIÓN DEL CLIMA FAMILIAR

Érase una vez… 
Impregnándose del carácter afectivo de los Cuentos, captando con precisión su tono, su lenguaje semejante al de los sueños y que desde ello, puede transportar tanto al narrador como a la audiencia, por una parte, hacia una vivencia de bienestar y por la otra, hacia una experiencia protagonista de tensiones y conflictos; se puede franquear el umbral de su capacidad proyectiva. Tal capacidad proyectiva, la configura una serie de elementos, ésos son entre otros: (a) encantamiento, (b) sueños y pesadillas y (c) héroes y heroínas.

Encantamiento: se conecta con el inicio de los cuentos: había una vez…; en un pueblo con flores de maravillosos colores…, que invita al interlocutor o audiencia a la imaginación y a partir de allí el trasladarse a otro contexto, a ese mundo donde todo es posible, donde la situación personal se puede revelar desde lo mágico… desde lo encantado.

Sueños y Pesadillas: hace referencia a los elementos que pueden orientar hacia las experiencias de bienestar como de tensiones y conflictos. En el caso de las experiencias de bienestar serían: las hadas, la varita mágica, el mago, los ángeles, la alfombra mágica, el cisne, las aves…; mientras que, los ogros, las brujas, las serpientes…, pueden ubicar a experiencias de tensión y conflicto.

Héroes y Heroínas: son los personajes de los cuentos, protagonistas de las diversas experiencias de bienestar, tensiones y conflictos en los que el narrador y/o la audiencia pueden identificarse y transportar sus historias personales.

Todos estos elementos configuran una lógica del símbolo en la experiencia humana; es decir, como todas estas imágenes de diversas apariencias tienen un denominador común: la organización y elaboración del mundo personal ejerce su soberanía en la imaginación. Entonces desde allí, se comprende la capacidad proyectiva del cuento, en tanto, permite desde la historia que se muestra, ser parte de esa historia, vivenciar la propia experiencia y por ende, genera la posibilidad de elementos de cambio para la visión de la realidad personal, pues permite, reorientar distorsiones en los mapas y creencias y hacer un manejo ecológico de los mismos.

En este sentido, su uso proyectivo se alinea con el O.P.V (otro punto de vista), que es una herramienta que permite entrar en el mapa del otro, para poder explorar su visión de mundo. Así, versionando las historias reales de los cuentos clásicos, desde la visión y experiencias de sus personajes no protagónicos, se puede explorar la experiencia personal y su percepción de mundo, de su realidad.  

Ahora bien, en el contexto de la realidad familiar, este grupo, forma  y  educa  al  niño a la niña o al adolescente de acuerdo a su particular modo de visionar su realidad y la misma está influenciada por elementos culturales, sociales e históricos que configuran las creencias y valores que delinean la dinámica familiar y conformará lo que es ser familia en cada grupo humano.

En  consecuencia, coloca al grupo familiar como  el  actor facilitador  o  de riesgo  en  el desarrollo y aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes, por cuanto, en el ejercicio de sus prácticas, generará un clima o bien enriquecedor, (en el lenguaje de cuentos de sueños) de respeto, de una formación del conocimiento y valoración propios positivos, de acompañamiento en el proceso de aprender, de atención a las necesidades, de valoración del éxito y estimulación y refuerzo ante el fracaso; o por el contrario, de un clima descalificador, (en el lenguaje de cuentos de pesadillas) agresivo, de poco respeto y desatención a las necesidades, con ausencias de acompañamiento en el proceso de aprender, que no alienta el éxito y estimula las situaciones de fracaso, que posibilita la construcción de la percepción y valoración propia en un contexto de distorsiones e incongruencias.

Para finalizar, en estas vertientes de clima familiar, el Docente Especialista tiene una alternativa pedagógica, a través del uso proyectivo del cuento, particularmente, con el O.P.V., pues le permite a sus educandos, entrar de modo indirecto en su realidad familiar, explorar su visión de familia, conectarse, entre otros, con sus sueños y pesadillas y posibilitar la construcción de los elementos de cambio.    

Referencia:

Rousseau, R-l (1994). La otra cara de los cuentos. España: Tikal Ediciones.

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Ingrid Sanz

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LA ESCUCHA ACTIVA EN LA ENTREVISTA FAMILIAR INICIAL


La escucha activa, incluye una serie de recursos técnicos o herramientas de la comunicación efectiva que el o la Docente Especialista  puede utilizar para optimizar el proceso de la entrevista. Cabe señalar, que no se pretende que estas estrategias se conviertan en un recetario sino en un recurso para utilizarse de forma libre y creativa. Entre estas herramientas se destacan:

Redefinición: consiste en reintegrar la información suministrada por la persona o grupo con el fin de modificar el marco conceptual desde el cual los miembros de la familia perciben el evento. Ello implica una observación por parte del o la Docente Especialista  de una forma más activa e indagar sobre la manera de generar la novedad, para luego solicitar al grupo la construcción  o discusión de nuevas perspectivas o alternativas.
 

Connotación Positiva: es la valoración explícita que hace el o la Docente Especialista de las conductas expresadas por los miembros del grupo familiar. Su finalidad es aprobar y estimular el esfuerzo que realiza la familia en su proceso de acomodación ante el evento, permitiendo de esta manera restituir tanto en la persona en condición de Discapacidad como en su familia una imagen de seres humanos dotados de recursos personales suficientes para afrontar y resolver la situación que enfrentan. Para lograr dicho objetivo, el o la Docente Especialista, califica algunos aspectos que la familia considera negativos como positivos o cita aquellas estrategias que poseen las personas para resolver sus problemas, al servicio de la cohesión y estabilidad del sistema familiar.
 

Información Adicional: consiste en hacer del conocimiento, por parte del o la Docente Especialista, al grupo o persona de hechos, datos o acontecimientos, definidos como alternativas posibles para el desenvolvimiento armónico del sistema familiar.
 

Proyección: consiste en invitar al grupo o personas a colocarse en el lugar del otro o hacia el pasado o futuro, con la finalidad de evidenciar expectativas de la situación. Para ello se utilizan preguntas reflexivas.
 

Pregunta: implica indagar información o datos relevantes de la situación y permita tanto al o la  Docente Especialista como al grupo familiar la comprensión y mejor apropiación de la misma. Estas preguntas pueden ser:

Lineales: orientan al o la Docente Especialista sobre la situación problema. A la familia le permite definir el problema. Ejemplo: ¿Cuál es su explicación de la situación? ¿Qué hace él /ella?  ¿Qué ocurre después?  ¿Cuál es su repuesta a eso?
 

Circulares: orientan al o la Docente Especialista sobre la interacción familiar, poniendo de manifiesto las conexiones entre los miembros del grupo, acciones, percepciones, sentimientos y contextos. Por ello, se pide a cada uno que exprese sus puntos de vista sobre el evento y sus implicaciones en cada uno.
 

Estratégicas: influyen de forma indirecta para que la persona o grupo tome partido por la búsqueda del cambio. Ejemplo: descríbanos algunos de los momentos en que ha estado sin angustia o desesperación. ¿Qué fue lo que hizo diferente el día en que consiguió que las cosas cambiaran?
 

Reflexivas: desencadenan reflexiones sobre el papel de los pensamientos y las creencias de los familiares ante el evento y en su manejo. Ejemplo: si tu hijo / hija, hermano/hermana te manifiesta lo importante que eres para él/ella y lo conveniente que es tu ayuda para su autonomía e independencia o para su autovaloración como persona. ¿En qué cambiarían sus vidas? ¿Qué ocurriría para que se estableciera una relación entre ustedes diferente?
 


Tareas Directas: es una técnica que puede ser utilizada por el o la  Docente Especialista con la finalidad de propiciar un cambio de reglas, normas o patrones de comunicación e interacción, en aras de optimizar el sistema  familiar. 
 


Para culminar, es importante destacar que una vez concluida la entrevista el o la Docente Especialista reflexione sobre la misma y tome notas-resumen, para realizar, posteriormente, el informe de la entrevista. Igualmente, anota los datos esenciales del caso, sus hipótesis, conclusiones y metas del proceso de asesoramiento.


Referencias Bibliográficas

Navarro Góngora (1992). Técnicas y programas en terapia familiar. Barcelona: Editorial Paidós
Navarro Góngora (1995). Avances en terapia familiar sistémica. Barcelona: Editorial Paidós
Ochoa de Alda, I. (1995). Avances en Terapia familiar sistémica. España: Biblioteca de Psicología
Revilla, (1994). Conceptos e Instrumentos de la Atención Familiar. Barcelona: Editorial Doymar

 
 
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LA ENTREVISTA INICIAL FAMILIAR: aspectos que la definen


  La entrevista es una técnica de Asesoramiento que requiere de una estrategia propia, que permite, a modo general, explorar elementos antecedentes del educando con Discapacidad vinculados con la Dinámica Familiar (creencias, valores, normas, límites, patrones educativos…), denotando como el evento de la Discapacidad se concatena con las demás conductas familiares, al tiempo de advertir su  implicación en el proceso de aprendizaje del educando.
Obra: Una Familia Autor: Fernando Botero
     
     En este sentido, el o la profesional de ayuda en la entrevista inicial puede tener los siguientes propósitos: (a) obtener información sobre la situación de consulta, (b) dar información sobre los aspectos intervinientes en el proceso de acomodación familiar, (c) indagar sobre las realidades conceptuales, psicológicas y actitudinales implícitas en la situación de consulta y (d)estructurar la importancia del proceso de ayuda y la dinámica de acción a seguir en aras de un beneficio del propio educando y de la familia.

ASPECTOS GENERALES DE LA ENTREVISTA FAMILIAR
     El proceso de entrevista familiar inicial distingue dos aspectos generales: el lugar y la duración de la misma.

LUGAR: es importante que la entrevista se lleve a cabo en un ambiente destinado para tal fin. Conviene que sea confortable, que esté amoblado de una forma sencilla, que permita la colocación de las sillas en círculo, si es posible con una altura y tamaños parecidos.

DURACIÓN: la entrevista tendrá una duración variable según la situación originaria, las dificultades de horario y del tiempo que disponga el o la profesional de ayuda para esta actividad. Sin embargo, es recomendable evitar sobrepasar la hora ni ocupar menos de treinta minutos.

EL PROCESO DE LA ENTREVISTA FAMILIAR
El proceso de entrevista familiar inicial que a continuación se presenta, denota momentos para su desarrollo, los mismos son: contacto inicial, pre-sesión, sesión y post-sesión; se toman como referencia las denominaciones de los momentos que señala Navarro Góngora (1992-1995).

CONTACTO INICIAL: implica el primer momento, refiere la comunicación indirecta (cuando existe) telefónica, escrita o por terceros. Su finalidad es recoger una serie de datos sobre la familia, el niño, la niña o el adolescente y el evento que acontece. 

PRE-SESIÓN: hace referencia al segundo momento y corresponde a la estructuración de la entrevista por el o la profesional de ayuda, persigue el análisis de la información obtenida en el contacto inicial y pretende: (a) generar las primeras hipótesis sobre la situación a explorar, a partir de las referencias del contacto inicial y (b) planificar el desarrollo de la sesión.

SESIÓN: es el tercer momento, tiene por finalidad el establecimiento y desarrollo del contacto y la exposición de la situación de exploración. Su procedimiento es el siguiente: (a) establecer la concordancia o apertura, ello implica el preparar, mediante saludos y bajo actitudes de respeto y cordialidad, las condiciones físicas y psicológicas favorables de manera que se rompan las barreras entre el grupo familiar y el o la profesional de ayuda, (b) presentación, tanto del/la profesional de ayuda, como de cada uno de los miembros de la familia y (c) definir las reglas del proceso de entrevista (propósito, duración de la entrevista, estrategias de trabajo...) 

Es importante hacer saber a la familia que todos pueden expresar e intercambiar impresiones, contestar aquellas preguntas o planteamientos que se les hagan; todo bajo un clima de respeto y tolerancia. 

También, es relevante, que el o la profesional de ayuda facilite la creación de una atmósfera de apertura e intimidad, utilizando el nombre propio de cada miembro del grupo familiar, para que cada uno perciba el interés y preocupación que suscita en él o ella, de tal forma que, cada uno sienta que tiene personalmente algo que ganar al asistir a las sesiones. 

En este primer contacto con la familia, se inicia la construcción de nuevas hipótesis o afianzamiento de las primarias, sobre la base del conocimiento de la situación de indagación. Cabe señalar, que se destaca el uso de la hipótesis interactiva, por cuanto, es una suposición y punto de partida de una construcción teórica cuyo valor depende de lo que está ocurriendo en la familia y de su captación para orientar el proceso de asesoramiento. Desde ello:

1. Se invita a que cada miembro del grupo familiar explique su visión de la situación, las repercusiones  que tiene sobre ellos mismos y los restantes integrantes del grupo. 

2. Es relevante buscar información precisa del evento, su frecuencia y las circunstancias de aparición, como también, sobre emociones y reacciones que ha suscitado en el grupo familiar, sus posiciones, alianzas y coaliciones así como también, las soluciones intentadas (actuaciones de solución ineficaces que refuerzan la conducta sintomática). 

3. Es importante el conocimiento sobre los roles, normas, límites, conductas y patrones de comunicación, como también del ciclo vital familiar general y alterno, ya que, permite identificar la etapa, problema inherente y el tipo de recurso que la familia ha tenido que utilizar tanto para resolver la tarea evolutiva como en el manejo del evento de la Discapacidad. 

4. Finalmente, se solicita información sobre las destrezas de efectividad (recursos y estrategias) que la familia ha empleado para manejar el evento. Estos son: internos (flexibilización de los roles, modificación de los límites y normas...) y externos (especializado, económico, espiritual y comunitario). 

De esta manera, el o la profesional de ayuda, en primer lugar, realiza un resumen de lo expuesto en el  momento anterior, en término de cómo se entienden y asumen el evento los distintos miembros de la familia, resaltando los acuerdos y desacuerdos y en segundo lugar, se realiza o se amplía el Familiograma. Con ello, se pretende: (a) quienes  están más implicados en la situación problema, (b) definir el tipo de relación que media entre los miembros de la familia en término de alianzas y coaliciones y (c) evaluar las presiones de la familia de origen u otros microsistemas que ejercen sobre el grupo familiar. 

Ello servirá para que el o la profesional de ayuda se forme una hipótesis más profunda de la situación y manejo del evento como de la dinámica familiar, en términos de características de funcionalidad y disfuncionalidad. Cabe destacar, que este proceso de entrevista implica adoptar estrategias de escucha activa (preguntas lineales, circulares, estratégicas y reflexivas, redefiniciones, reflejo de sentimientos, connotaciones positivas, proyecciones, como también comunicación no verbal en un ambiente de respeto, atención y comprensión).

POST-SESION: este es el último momento e implica, la formulación de las conclusiones y finalización de la entrevista, es decir, el o la profesional de ayuda elabora una síntesis de toda la información obtenida en la entrevista y la presenta al grupo familiar, invita a visualizar el impacto que el evento produce en cada miembro de la familia y se posibilita el desarrollo de la comprensión, por parte de la familia, que el evento de la Discapacidad no es un hecho excepcional. Por otro lado, se establecen las metas mínimas de cambio, responsabilidades y tareas como también se denotan los aspectos positivos y gratificantes de las mismas a lo interno y externo de la familia. En este proceso de entrevista implica adoptar estrategias de comunicación efectiva: escucha activa (redefiniciones, reflejo de sentimientos, información adicional, tareas directas y connotaciones positivas…).

 Es importante, que una vez concluida la entrevista, el o la profesional de ayuda reflexione sobre la misma y tome notas-resumen para realizar, posteriormente, el informe de la entrevista. Igualmente, registre los datos esenciales, sus hipótesis, conclusiones y metas del proceso de Asesoramiento.

Para culminar, vale señalar que el proceso de entrevista inicial implica una tarea múltiple, diversa y de gran exigencia debido a los elementos que intervienen; pero los logros de una entrevista conducida adecuadamente, distingue la sensación de: tarea completa, comunicación fluida e información exhaustiva, intercambio afectivo y objetivos cumplidos entre personas que al principio dudaban y desconocían sus metas y recursos en la conducción armónica de su evento.

Referencias Bibliográficas

Navarro Góngora (1992). Técnicas y programas en terapia familiar. Barcelona: Editorial Paidós
Navarro Góngora (1995). Avances en terapia familiar sistémica. Barcelona: Editorial Paidós
Ochoa de Alda, I. (1995). Avances en Terapia familiar sistémica. España: Biblioteca de Psicología


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Conceptualización de la Escritura. Tercer Momento Lingüístico: la Hipótesis Silábica-Alfabética y la Hipótesis Alfabética


  Para finalizar estas cinco entregas, en las que se aborda la Conceptualización de la Escritura, se presenta, seguidamente, las dos últimas hipótesis que los infantes elaboran: la hipótesis silábica-alfabética y la hipótesis alfabética.
  
  En la Hipótesis Silábico-Alfabética, el niño y la niña se acercan al descubrimiento de la correspondencia que existe entre el sonido que se emite para una letra y la grafía. Esto es, si su  nombre  es  Luís,  comenzará por pensar que  la  consonante "L" que  tiene  escrita dice  Lu, más tarde y con la ayuda de los adultos comprenderá que la /L / es una fonía (un fonema) y no una grafía (una letra).

  El niño y la niña abandonan la hipótesis silábica y  descubren  la  necesidad  de  hacer un análisis que vaya más  allá de  la sílaba por  el conflicto entre la hipótesis silábica y la exigencia de cantidad mínima de grafías (ambas exigencias internas), además del  conflicto  entre las formas gráficas que el contexto le propone y la  lectura  de  esas  formas  en  términos  de  la hipótesis  silábica.  Es  lo  que  se  conoce  como conflicto  entre  una  exigencia  interna  y  una realidad exterior a la persona que aprende.

  Cabe destacar que, este momento, como zona de transición, representa una etapa difícil para el  niño y la niña  pues les resulta complicado coordinar todas las hipótesis que ha elaborado,  así  como  las  informaciones  que  el medio  le  ha  dado. Así, se evidencia la alternancia entre el  valor silábico  y  el  fonético para las diferentes grafías.

  Se  refuerza la hipótesis de cantidad pero  desde la  idea  de que escribir  algo  es  ir representando, progresivamente,  las partes sonoras del nombre que se pretende escribir. El niño y la niña  sospechan  que  a  cada  sonido  le  corresponde  una  distinta  grafía,  pero  le resulta difícil abandonar, completamente,  la  hipótesis  silábica. En  relación  con lo primero produce escritos en donde  las vacilaciones, la alternancia y/o  simultaneidad entre el valor silábico y el  fonético  se hacen patentes. Aparece una categoría de escrituras diferenciadas con dos (02) subcategorías.

*Escrituras Silábico-Alfabéticas. El niño y la niña relacionan unas veces unas grafías con una sílaba y otras veces relacionan una grafía con un fonema dentro de la misma palabra. 

**Escritura silábico-alfabética sin predominio de valor sonoro convencional: generalmente aparecen  las  vocales  o  la mayoría  de  ellas  en cada palabra en orden correcto, pero se anexan algunas consonantes que no corresponden a  las adecuadas.  Puede  ocurrir  que  se  escriba  la mayoría de las consonantes.

**Escritura silábico-alfabética con predominio de valor sonoro convencional: además de  las vocales, existe  la presencia de algunas  consonantes,  donde  la  mayoría corresponden  a  las  que  integran  la  sílaba representada. Es  común  también  la escritura de  palabras  incompletas  cuando  son  largas, pero  estas  letras  corresponden  a  la  parte inicial de la palabra dada.

  Avanzando en  su conceptualización, llegan a la Hipótesis Alfabética, al estar aquí, ya han entendido  la naturaleza  intrínseca del sistema alfabético, pero aún no manejan  los aspectos formales de la escritura. 

En  la  Hipótesis  Alfabética,  el  niño  y  la  niña  establecen  la  correspondencia  real fonema-grafía  (entre  el  sonido  y  la  letra),  esto  es,  entre  los  fonemas  de  la  palabra  y  las letras  necesarias  para  escribirlas.  Sin  embargo,  es  indispensable  mencionar  que,  aunque respeten ya  la  cantidad, es muy probable que aún no asignen  las grafías adecuadas a lo que quieren expresar, pero en este importantísimo momento, llegan a conocer las bases del sistema alfabético de escritura y éste es que cada fonema se representa por una grafía.

  Desde  este  contexto,  puede  señalarse que  la  hipótesis  alfabética  se  divide  en  dos etapas.  La primera llamada  Alfabética  no Convencional,  en  la  cual,  si  bien  el  niño  y  la niña ya  comprenden  que  la  sílaba  está compuesta por varias letras que pueden ir de una a cuatro, representan las letras; pero aún no  controla  la  correspondencia  con  su  sonido (relación fonema-grafía).

La segunda y última etapa es cuando el niño y la niña escriben de modo fonológico, pero no ortográfico, esto quiere decir que desconocen ciertas  singularidades  del  idioma,  como  son  el uso de  la “s” y la “c”, la “q” y “k”, la “h” entre  otras. En  este momento  el  niño  y  la  niña manifiestan  la  comprensión  de  una  de  las características fundamentales de  la escritura, la relación  entre  los  sonidos  y  las  letras.  Sin embargo, aún no tiene una escritura completa.

  Aparece una categoría de escrituras diferenciadas con tres subcategorías.

*Escrituras Alfabéticas. El niño y  la niña en  todas las  escrituras  alfabéticas  existe  una correspondencia  sonoro-gráfica,  es  decir,  cada letra  escrita  representa  un  sonido, independientemente  si  es  correcto  o  incorrecto, aunque  suele  suceder  que  se  omita  alguna letra, que usualmente ocurre cuando se trabaja con sílabas mixtas o trabadas.

**Escrituras alfabéticas sin dominio de valor sonoro convencional: Aunque todas las vocales  escritas  sean  correspondientes, el fallo se encuentra en  las  consonantes, cuando  existen  múltiples  errores  donde  no coinciden  con  la  letra  correspondiente,  sin embargo,  se  respeta  la  relación  entre  la grafía  y  el  fonema.  Se  puede  dar  el  caso también, aunque es poco común, donde  las consonantes  coincidan pero  las vocales  sean las letras representadas inadecuadamente.

**Escrituras alfabéticas con algunas fallas en valor sonoro convencional: los errores  grafofonéticos de  la  escritura  son  menos  frecuentes, generalmente,  se presentan en  sílabas trabadas (aquellas  en  las  que  en medio  de  la  sílaba se tiene las consonantes l / r) o mixtas, a razón de un  error  en  cada  palabra  o  por  cada  dos palabras, aunque puede ser menos frecuente.

**Escrituras  alfabéticas con valor sonoro convencional: también  conocida  como escritura  silábica  funcional,  sólo  se presentan errores polivalentes, siendo los errores  grafofonéticos muy  poco  comunes o  en  el  mejor  de  los  casos, inexistentes. Cada grafía escrita coincide correctamente con el fonema correspondiente. Los Errores Polivalentes, indican que existen sustituciones de letras por otras de igual o similar sonido, como s-c-z, b-v, rr-r inicial, ñ-y-ll, ch-sh-ll-y, c-k y la omisión o anexo de h.

  En esta situación se evidencia que el educando ha encontrado la relación entre la grafía y el sonido correspondiente. Por ejemplo: payaso (pallazo, pachaso), oso (ozo, hoso), risa (rriza), casa  (kaza),  silla  (cilla,  ziya,  sisha), entre  otros. Mientras que, los Grafofonéticos,  denotan sustituciones en cuanto a la relación existente entre el sonido y la grafía; se dan en este caso omisiones,  adiciones, traslaciones (cambio en el orden) o  sustituciones (cuando  no  existe similitud entre los sonidos) de letras.

  Cabe destacar  también que,  el momento alfabético,  es  el  punto de  llegada de  la evolución  precedente  y  al mismo tiempo  el  punto  de  partida de nuevos  desarrollos.  De modo  que,  el  niño  y  la  niña,  no  pueden  asumir  de  inmediato  todas  las  particularidades gráficas del  sistema de escritura, es decir, los aspectos formales de la lengua escrita.

  Como conclusión, puede señalarse  que, desde los  planteamientos señalados se tiene una visión de la adquisición de la escritura que descarta la actitud pasiva de un niño o niña que espera un reforzamiento externo en respuesta a su actuación, por el contrario, aparecen  un  niño o niña  que  interactuando,  comprende la  naturaleza  del lenguaje y en esa comprensión, busca regularidades,  formula hipótesis, pone a prueba  sus anticipaciones, en definitiva, reconstruye el lenguaje para apropiárselo. 

Referencias Bibliográficas

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (2003), Los niños piensan sobre la lectoescritura, México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos: textos escogidos. México: Pátzcuaro,
CREFAL.

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Kaufman, A M. (2000), Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Experiencias pedagógicas en jardín de infantes y escuela primaria, 8ª ed., Buenos Aires: Aique

Lerner, D (2001), Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México: Fondo de Cultura Económica



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Conceptualización de la Escritura. Tercer Momento Lingüístico: Hipótesis Silábica


  En el tercer momento de la Conceptualización de la Lengua Escrita, el niño y la niña se darán cuenta de la interrelación entre lengua oral y escrita, construyendo tres hipótesis  denominadas: silábica,  silábica-alfabética y alfabética. En este artículo, se hará referencia a la HIPÓTESIS SILÁBICA.

  En la hipótesis silábica, el niño y la niña comienzan a darse cuenta de que lo escrito tiene que ver  con  lo oral, es decir, se caracteriza por un  intento de dar un valor sonoro a cada una de las letras que componen una escritura. Es lo que se conoce como sonorización o fonetización de la escritura. Con esta hipótesis dan un salto cualitativo con respecto a los niveles precedentes:

 *Comienzan a entender que la representación escrita ligada al sistema alfabético de escritura debe centrarse casi exclusivamente en la pauta sonora de las palabras. Trabajan, claramente, con  la hipótesis de que la escritura representa partes sonoras del habla.

*Encuentran un control objetivo a las variaciones de cantidad de letras necesarias para escribir cualquier palabra. No obstante, pueden aparecer producciones con grafías aún lejanas a las formas convencionales de  las letras, tanto como con grafías bien diferenciadas.

*La hipótesis de variedad puede desaparecer, ya que, es posible ver, nuevamente, grafías idénticas; no  obstante, la hipótesis de cantidad mínima puede prevalecer más tiempo, pero pueden agregar más letras alegando que se ve más bonito. De  igual modo,  consideran que  los monosílabos se escriben con una  sola grafía; pero al mismo tiempo sostienen la idea de que una sola grafía no dice nada, por  lo tanto, aumenta su número de acuerdo a esta idea.

En este Momento pasan a utilizar básicamente las vocales y les dan el  valor silábico de  la misma. Por  ejemplo,  la  vocal a puede  representar  tanto  la  silaba  “la”,  “pa”,  “ma”, “sa”,  “ra”,  o  cualquier otra que  contenga  el  sonido  o  fonema  /a/.  Sin  embargo,  sucede  lo mismo con las consonantes, por ejemplo f  podría representar a “fa”, “fe”, “fi”, “ fo” o  “fu”. 

Aparecen tres (03)  categorías  de  escrituras  diferenciadas: (a)escritura silábica inicial (con o sin valor sonoro convencional y con valor sonoro en las escrituras con correspondencia sonora), (b) escritura con marcada  exigencia  de  cantidad  (con  o  sin  predominio  sonoro) y (c) escrituras estrictas (con o sin predominio sonoro).

*Escritura  Silábica  Inicial: existe un dominio claro de que las letras cumplen una función específica que no  desempeñan los demás símbolos. Conocen visualmente la mayoría de las letras, por lo  que  se  ve  claramente un repertorio variado. Existen tres (03)subcategorías dentro de esta categoría: (a) escritura  silábica  inicial  sin  valor  sonoro convencional (sigue sin existir una correspondencia sonoro-gráfica), (b) escritura silábica inicial con valor sonoro convencional (inclusión de algunos símbolos correspondientes a algunas letras o sílabas) y (c) escritura silábica inicial con valor sonoro convencional en las escrituras con correspondencia  sonora (la cantidad de letras en cada palabra está en función de la longitud de  la misma).

*Escrituras con Marcada Exigencia de Cantidad: se ha formado la idea de que debe  existir una  cantidad mínima para atribuir un significado a las palabras, por lo que tiende a agregar (casi siempre en la parte final) más letras arbitrariamente. Generalmente se agregan siempre las  mismas letras en cada palabra,  por lo que comúnmente sólo se observan variaciones al inicio  de  la  palabra. Existen dos (02) subcategorías en esta categoría: (a) escritura silábica con marcada exigencia de cantidad sin predominio de valor sonoro convencional (se  escribe  una  letra  por  cada sílaba de la palabra que no corresponden con la sílaba; al final se  anexa una secuencia de letras que  le  da  un  significado  a  la escritura) y (b) escritura  silábica  con  marcada  exigencia  de cantidad con predominio de valor sonoro convencional (letras iniciales-vocales generalmente- corresponden a las  sílabas  de  la  palabra. Al  final  de  cada  palabra aparece una  secuencia arbitraria de letras que se agrega para dar significado).

*Escrituras  Estrictas: la relación sonoro-gráfica se hace más evidente. Se asigna un significado silábico a cada símbolo escrito, es decir, por cada sílaba escribe una letra. Esta categoría se divide a su vez en dos subcategorías: (a) escritura  silábica  estricta  sin  predominio de  valor  sonoro  convencional (se asigna  cualquier letra  a cada sílaba, sin existir una relación entre grafía y el fonema y (b) escritura  silábica  estricta  con  predominio  de valor sonoro convencional: la grafía asignada tiene cierta  correspondencia  sonora  con  la sílaba que  representa. Es muy  común que  se escriban  sólo  las  vocales  de  cada  sílaba, aunque  pueden  aparecer  casos  donde  la grafía  escrita  es  una  consonante  que corresponde a la sílaba.
 
  Para concluir, cabe señalar, que la hipótesis silábica es muy satisfactoria para los niños y las niñas, se sienten muy cómodos, pero la escritura del ambiente y las producciones de los adultos hacen que empiecen a probar otras hipótesis, donde va introduciendo sílabas completas unidas a una sola grafía para cada sonido. Es cuando aparece la hipótesis silábico-alfabética. Este tema ocupa las líneas del post siguiente.

Referencias Bibliográficas

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (2003), Los niños piensan sobre la lectoescritura, México, Siglo XXI (Cd Room).

Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos: textos escogidos. México: Pátzcuaro,
CREFAL.

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Kaufman, A M. (2000), Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Experiencias pedagógicas en jardín de infantes y escuela primaria, 8ª ed., Buenos Aires: Aique

Lerner, D (2001), Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México: Fondo de Cultura Económica



Los y las invito, Docentes y todo profesional en el contexto de la Pedagogía de la Escritura y la Discapacidad a su meditación, reflexión y participación.

Llegue a ustedes mi más cordial gratitud y bendiciones.


Ingrid Sanz
Editora
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Conceptualización de la Escritura. Segundo Momento: Simbólico




  Una vez conocido que existen dos modos de representación gráfica el icónico (dibujo) y el no icónico (escritura) el siguiente momento es cuando los niños y las niñas necesitan saber de qué manera se relacionan el dibujo y la escritura (imágenes y el texto escrito de un cuento, relaciones similares en inscripciones del medio ambiente o en sus propias producciones gráficas).
   

   
  Reconocen que dibujo y escritura están diferenciados y que los textos tienen un significado; pero para lograr identificarlo debe ir acompañado de un dibujo. No obstante, observan que el modo no icónico de representación (la escritura) tiende a expresar algo que él o ella todavía desconocen. Surge entonces, la hipótesis del nombre, es decir, que las letras (grafías) se usan para representar una propiedad de los objetos (seres humanos, animales, cosas…) que el dibujo no tiene capacidad de representar y eso, en primera instancia, a la lógica del niño y la niña, es el nombre del objeto dibujado.

  Esta hipótesis representa la diferenciación paulatina entre el dibujo y la escritura. Así, los niños y las niñas, utilizan marcas figurativas cuando dibujan -es una pelota- y no figurativas cuando escriben -dice pelota-, las cuales pueden ser líneas onduladas o quebradas, palitos, bolitas y/o letras (grafías), todas bien diferentes de las producciones icónicas (dibujos). Luego, comienzan a construir hipótesis acerca de cuáles son las características formales que debe poseer un texto para ser leído.

 Aquí, se da otro proceso, las condiciones de interpretabilidad (no basta con que la escritura tenga formas arbitrarias y dispuestas linealmente, hacen falta ciertas condiciones para ser una buena representación del objeto, que éste diga algo); por lo tanto, el niño y la niña comienzan a enfrentarse a un dilema que se organiza en dos direcciones: la cuantitativa y la cualitativa.  

  En lo cuantitativo, el niño y la niña enfrentan el siguiente dilema: ¿con cuántas letras se puede escribir el nombre de un objeto? Resuelven el problema, por lo general, con la hipótesis de que para que algo se pueda escribir debe tener al menos tres letras, las palabras que no cumplan con esta condición, no se pueden escribir, construyen así la hipótesis del principio de cantidad mínima.

  Avanzando en su conceptualización, surge la pregunta ¿qué extensión debe llevar el nombre del objeto? Cabe señalar, que todavía no descubren la pauta sonora, es decir, la interrelación que tiene la lengua oral y la escrita para la cantidad de letras que se escriben, pero si, lo relacionan con las características del objeto referente (tamaño del objeto, número de objetos, edad, relación filial...). Elaboran de este modo la diferenciación cuantitativa.

  Por otra parte, ante el dilema de lo cualitativo, surge la pregunta: ¿con qué grafías se puede representar el nombre de un objeto?; como respuesta se obtiene que un objeto se puede escribir cuando las letras son diferentes; elaborándose de esta forma la hipótesis del principio de variedad.  En  esta  hipótesis  se  dan  dos diferenciaciones: la variante interfigural (escritura de dos palabras de diferente forma) y la variante intrafigural: (no repetición de letras en la misma palabra), adoptándose así un control progresivo de las variaciones cualitativas y cuantitativas.

  En este momentos se evidencia, en los infantes, un logro: el adquirir ciertos modelos estables de escritura, que son capaces de reproducir en ausencia del modelo, ya que, los niños y las niñas tienden a preguntarse ¿Por qué esas letras y no otras?, ¿por qué esa cantidad de letras? De las formas fijas el nombre propio es una de las más importantes, distinguiéndose la hipótesis de formas fijas en cuanto al nombre propio. No obstante, la correspondencia entre la escritura y el nombre propio es todavía global y no analizable: a la totalidad que constituye la escritura se le hace corresponder otra totalidad, el nombre correspondiente, pero las partes de la primera no pertenecen aún a partes del nombre.

  Por otro lado, los niños y las niñas pueden establecer cantidades mínimas y máximas de grafías para comparar interrelacionadamente una palabra con la otra letra, creando variaciones cuantitativas y cualitativas en un conjunto, arrojando producciones escritas diferenciadas, organizadas en seis (06) categorías, dependiendo ello, de lo amplio o limitado que sea el repertorio de grafías empleadas.

  Así se tiene: (a) Secuencia de Repertorio Fijo con cantidad Variable, representación de grafías iguales y en el mismo orden; pero se añaden o se quitan algunas grafías en la secuencia, (b) Cantidad Constante con Repertorio Fijo, representación de palabras con una constancia de grafías; pero otras varían de posición, (c) Cantidad Variable con Repertorio Fijo Parcial, representación fija en posición de grafías; pero con variación de unas en lugar y en cantidad, (d) Cantidad Constante Repertorio Variable, representación de una cantidad constante de grafías; pero cambiando tanto en orden como en las utilizadas, (e) Cantidad Variable con Repertorio Variable, representación con control del número y el tipo de grafías utilizadas para diferenciar una palabra de otra y (f) Cantidad variable y presencia de valor sonoro inicial,inicio de la correspondencia sonora con la letra inicial de la palabra; pero con variación en el resto de la palabra, tanto en cantidad como de grafías utilizadas.

  Finalmente, cabe destacar que, todos esos esfuerzos de los niños y las niñas por crear modos de diferenciación gráfica los lleva a representar diferentes palabras que preceden al conocimiento de la relación alfabética entre el sonido de una palabra y su representación escrita. Este aspecto es lo que caracteriza al último momento el Lingüístico, publicado en los  post que siguen.

Referencias Bibliográficas

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (2003), Los niños piensan sobre la lectoescritura, México, Siglo XXI (Cd Room).

Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos: textos escogidos. México: Pátzcuaro,
CREFAL.

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Kaufman, A M. (2000), Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Experiencias pedagógicas en jardín de infantes y escuela primaria, 8ª ed., Buenos Aires: Aique

Lerner, D (2001), Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México: Fondo de Cultura Económica

Los y las invito, Docentes y todo profesional en el contexto de la Pedagogía de la Escritura y las Dificultades de Aprendizaje a su meditación, reflexión y participación.


Llegue a ustedes mi más cordial gratitud y bendiciones.
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Conceptualización de la Escritura. Primer Momento: Concreto o Presimbólico



  El estado actual de las investigaciones sobre la concepción de la escritura remite a un complejo proceso de composición-elaboración-creación de mensajes escritos. En el presente, el pensamiento hacia este objeto de conocimiento se orienta en su consideración como uso funcional de los elementos de representación y de las convenciones que regulan la expresión de las ideas en un texto adecuado al tipo de acto comunicativo que se pretende realizar y al código que se emplea.
    
    Sin embargo, se podría definir, desde el contexto de las investigaciones de referencia para este documento, como una forma de relacionarse con la palabra escrita que posibilita la expresión de: demandas, formas de percibir la realidad, emociones, historias personales y del colectivo, como  también  una manera de comunicarse con los semejantes. Por otro lado, la  escritura  representa el   medio perfecto para el desarrollo intelectual del ser humano, ya que a través de ella, se manifiesta lo que se aprende, reconociendo aciertos y errores con la  posibilidad de corregirlos o mejorarlos.


    En atención a lo anterior, se pueden distinguir, claramente tres momentos de conceptualización del sistema de escritura. Para este post, se hará distinción al Primer Momento, denominado Concreto o Presimbólico.



Primer Momento: Concreto o Presimbólico


En este primer momento, los niños y las niñas conocen la representación gráfica a través del dibujo; los textos (las letras) aun no representan o significan nada; es decir, existe una indiferenciación entre el dibujo y la escritura. Posteriormente, comienzan a buscar criterios para distinguir entre los dos modos de representación gráfica (dibujo y escritura). Surge así la hipótesis de arbitrariedad, los niños y las niñas concluyen que las formas de las letras (grafías) son arbitrarias, las cadenas de letras son objetos sustitutos porque no representan las formas de los objetos como sí sucede en los dibujos.

Luego, concluyen que no es el tipo de líneas lo que permite distinguir entre un dibujo y la escritura, más bien, la diferencia está en el modo en que se organizan dichas líneas. Cuando su desarrollo los conduce a observar tal distinción, lo hacen sobre la base de advertir que un texto escrito es siempre lineal y lleva esa secuencia, mientras que, un dibujo puede o no contar con ella, ya que, sigue el contorno de los objetos. Surge así la hipótesis de linealidad.




Otra hipótesis que los niños y las niñas elaboran en este Momento, es la hipótesis de convencionalidad. No adoptan trazos de letras nuevas, sino que asumen las grafías convencionales establecidas socialmente y concentran sus esfuerzo en cómo se organizan esos elementos, es decir, a las leyes del sistema de escritura.

En este primer momento, los niños y las niñas logran avances muy importantes que se centran en una clara distinción entre dos modos de representación gráfica que es el icónico (dibujos) y el no icónico (la escritura). Desde esto, existe una diferenciación entre las grafías de los números, los dibujos y de cualquier otro signo. Distinguen que escribir es distinto de dibujar y que para ello se utilizan las letras; sin embargo, el dibujo es considerado un apoyo de la escritura que garantiza su significado.

Así, la escritura empieza a ser entendida como un objeto simbólico. La misma se presenta No diferenciada, categorizada de manera progresiva en: Representaciones Primitivas, Escrituras Unigráficas, Escrituras sin control de Cantidad y Escrituras fijas, cuyo aspecto común es que son las escrituras iniciales, presentadas principalmente cuando existen pocas referencias previas de los niños y las niñas hacia la escritura. 



Representaciones Primitivas: se presenta cuando los niños y las niñas realizan, solamente, dibujos; es decir, integran las grafías a los dibujos.
 



Escrituras Unigráficas


Escrituras Unigráficas: representación de cada palabra por medio de una única grafía o único símbolo o también los niños y las niñas escriben una y otra vez el mismo símbolo para escribir todas las palabras.

 






Escrituras Sin Control de Cantidad
Escrituras sin control de cantidad: ante el acto de escritura, para cada palabra se repite signos o grafías una y otra vez sin control, en general lo único que detiene la escritura de grafías o signos de escritura es cuando se termina el espacio en el papel.  En esta etapa puede utilizar signos que no son letras, una letra o dos o más alternadas para escribir lo que desea.

 

Escrituras Fijas
Escrituras fijas: para los niños y las niñas existe un número mayor de grafías o símbolos para escribir las palabras (generalmente no excede de tres), siendo siempre el mismo número, símbolo y orden cada vez que escriben. Aunque puede haber alguna variación ocasional, sobre todo en el primer y/o último símbolo.

    Finalmente, cabe señalar que, los niños y las niñas aun no intentan diferenciar su escritura, es decir, dar un sonido a cada grafía y de acuerdo a ello establecer un orden que le permita decir algo; por esta razón es muy común encontrar conjuntos de palabras iguales que pueden cambiar de significado en un lugar diferente, ya que, lo único que distingue una de otra es la intención de lo que se desea escribir.


Referencias Bibliográficas

Braslavsky, B. (1994). La lengua escrita y los procesos de adquisición del conocimiento en una concepción sociohistórica-cultural Revista Interamericana de Desarrollo Educativo Washington: (38) 117, p. 19-32,

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

Braslavsky, B. (2005). Enseñar a leer lo que se lee. La Alfabetización en la familia y en la escuela. Argentina: Fondo de Cultura Económica

Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (1994). La alfabetización en proceso. El proceso de Alfabetización. México: Siglo XXI.

Ferreiro, E. (1997). Alfabetización. Teoría y práctica. México: Siglo Veintiuno.

Ferreiro, E. (2001), Pasado y presente de los verbos leer y escribir, México: SEP (Biblioteca para la actualización del maestro, serie cuadernos).

Ferreiro, E. (2003), Los niños piensan sobre la lectoescritura, México, Siglo XXI (Cd Room).

Ferreiro, E. (2007). Alfabetización de niños y adultos: textos escogidos. México: Pátzcuaro,
CREFAL.

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Gómez Palacios, M. (1993). Indicadores de la compresión lectora. Washington, Estados Unidos de América: Interamer

Goodman, K (1989), El lenguaje integral, Buenos Aires: Aique.

Goodman, Y. (1993), El conocimiento del niño sobre las raíces de la alfabetización y sus implicaciones para la escuela. Lectura y Vida, (12) 1, pp 1-8.

Kaufman, A M. (2000), Alfabetización de niños: construcción e intercambio. Experiencias pedagógicas en jardín de infantes y escuela primaria, 8ª ed., Buenos Aires: Aique

Lerner, D (2001), Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario, México: Fondo de Cultura Económica

Teberosky, A (1990), Construcción de escrituras a través de la interacción grupal, en M. Gómez, P. y Ferreiro E. (comps.), Nuevas perspectivas de los procesos de lectura y escritura, México, Siglo XXI, pp. 155-178.


Los y las invito, Docentes y todo profesional en el contexto de la Pedagogía de la Escritura y la Discapacidad a su meditación, reflexión y participación.
 
Llegue a ustedes mi más cordial gratitud y bendiciones.

 
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Conceptualización de la Lengua Escrita. Consideraciones Generales


En las últimas décadas las investigaciones en torno a la forma de cómo los niños y las niñas aprenden y se apropian de la Lengua Escrita reportan que ello ha cambiado substancialmente. Son numerosos los aportes teóricos y de aplicación que han contribuido al respecto, entre ellos, la teoría sociocultural de Lev Vigotsky (1896-1934), la teoría cognitiva de Jean Piaget (1896-1980) y la teoría sociopolítica de Paulo Freire (1921-1997). Con base en estas perspectivas teóricas se han realizado diversas investigaciones y se han formulado nuevas concepciones pedagógicas sobre el aprendizaje de la Lengua Escrita en los niños y las niñas. 


Ana Teverosky y Emilia Ferreiro. Ilustres Pedagogas
En este documento, se intenta mostrar, a modo general, consideraciones sobre los estudios desarrollados en las últimas décadas (Goodman K 1989; Goodman Y 1993; Berta Braslavsky 1994; 2000, 2003 2005; Margarita Gómez Palacio 1982; Ana María Kaufman (2000) Ana Teberosky (1990) Lerner (2001) y Emilia Ferreiro 1986-1994, 1997,2001, 2003, 2007), en los que se enfatiza la Concepción del Sistema de Escritura y Lectura como Objeto Socio Cultural, resaltando el conocimiento que poseen los niños y las niñas acerca del lenguaje escrito, aun antes de conocer correctamente su sistema convencional de lectura y escritura.



Desde lo anterior, cabe preguntarse:


¿Cómo construyen los niños y las niñas la lengua escrita?



 
Portadores de Textos
Los niños y las niñas construyen sistemas interpretativos de la lengua escrita, es decir, trabajan cognitivamente para comprender desde muy temprano informaciones de variada procedencia: textos en su contexto de aparición (envases, encartes en DVD, carteles, envoltorios de las chuchearías, libros, periódicos…), información específica destinada a ellos (cuentos, revistas infantiles, su nombre escrito…) información obtenida en eventos sociales donde están involucrados los actos de lectura y escritura (hacer una carta, leer notas…).


Las investigaciones reportan que el conocimiento sobre la Lengua Escrita se construye mediante la participación activa de la persona en el contexto natural y cotidiano al utilizarlo de una manera funcional con sentido y significados reales. Por lo tanto, los/as niños/as se acercan a la escritura y a la lectura como un momento natural en su propio desarrollo y no como un entrenamiento o capacitación desde afuera que se inicia con la educación formal. Lo que implica que, se van apropiando de la lengua escrita mediante experiencias de lenguaje que se presentan en situaciones sociales cotidianas y de juego que tienen sentido para ellos/as; es decir, construyen un sistema de ideas sobre la naturaleza de ese objeto de conocimiento (lectura y escritura).

Hipótesis Infantiles

Asimismo, la construcción de este objeto de conocimiento en los niños y las niñas procede de igual modo que en la adquisición de otros conocimientos, en términos de los postulados piagetianos. Ante los textos actúan como sujetos activos y protagónicos de aprendizaje, cambiando conductas y planteando hipótesis. Asimilan la información aportada del medio, experimentan con ella para conocer sus propiedades, poner a prueba sus hipótesis y dar sentido a la información recogida.
 

Durante este proceso de reacomodar con el objeto dar coherencia al nuevo conocimiento, los niños y las niñas ponen en marcha una serie de sistemas interpretativos en una secuencia ordenada que exteriorizan a través de preguntas y acciones. Estos sistemas actúan como esquemas que permiten dar sentido a las experiencias con las escrituras y las lecturas.

Cuando la nueva información inhabilita de forma reiterada el esquema, entran en un proceso de cambio conceptual reacomodando para conservar lo más posible el esquema anterior. Pareciera las teorías infantiles sobre la naturaleza y función de la lengua escrita, que la mayoría de las veces es valorada como muy extraña, ilógica y hasta deficitaria al modo de pensar de los adultos.

En apoyo a lo anterior, Ferreiro (2007); Gómez Palacio (1994); Kaufman (2000); Lerner (2001) y Teberosky (1990), dejan claro que lo que lleva al niño y a la niña a la construcción y reconstrucción del código lingüístico, no es una serie de tareas o ejercicios repetitivos o el conocimiento de las letras o sílabas una por una, más si, una comprensión de las reglas que componen la lengua como un sistema estable que representa un significado.


Cabe señalar, finalmente, que, desde el contexto de estas investigadoras, se plantea una forma diferente de entender el proceso a través del cual el niño y la niña se apropian de la lectura y la escritura, denotando que ello es a partir de su desarrollo cognitivo y de su interacción con el mundo de los textos, es decir, en el proceso de aprendizaje de la lengua escrita interviene la persona que aprende; pero también el contexto sociocultural y la función social que tiene la lengua escrita para comunicar significados, ya que, por medio de ella, se trasmite todo tipo de conocimientos, creencias y valores. 

Esta concepción distingue un desarrollo típico en el aprendizaje de la escritura y la lectura que aporta un una postura que se considera, a modo personal, de relevancia en el contexto de las Dificultades de Aprendizaje. En este sentido, después de presentar a modo general, consideraciones sobre la construcción de la lengua escrita, en los post que siguen se mostrará a detalle el proceso de adquisición de la escritura y la lectura.

 
Referencias Bibliográficas
 

Braslavsky, B. (1994). La lengua escrita y los procesos de adquisición del conocimiento en una concepción sociohistórica-cultural Revista Interamericana de Desarrollo Educativo Washington: (38) 117, p. 19-32,

Braslavsky, B. (2000) Las nuevas perspectivas de la alfabetización temprana. Lectura y Vida, (21), 4, pp. 32-43.

Braslavsky, B. (2003) Qué se entiende por alfabetización Lectura y Vida, (21) 4, pp 1-17.

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Ferreiro, E y Teberosky A. (1986), Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. 20ª ed., México, Siglo XXI.

Ferreiro, E. (1994). La alfabetización en proceso. El proceso de Alfabetización. México: Siglo XXI.

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CREFAL.

Freire, P. (1990) La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación. México: Editorial Paidós

Gómez Palacios, M y Ferreiro, E. (1982). Propuestas para el aprendizaje de la lengua escrita. México: SEPOEA.

Gómez Palacios, M. (1993). Indicadores de la compresión lectora. Washington, Estados Unidos de América: Interamer

Goodman, K (1989), El lenguaje integral, Buenos Aires: Aique.

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Los y las invito, Docentes y todo profesional en el contexto de la Pedagogía y la Discapacidad a su meditación, reflexión y participación.
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