FACTORES FAMILIARES QUE INCIDEN EN LA CONDUCTA DISRUPTIVA Y VIOLENTA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES. (Repercusión en el Aprendizaje) PARTE II

    En el presente artículo intento mostrar ciertos factores en dinámicas familiares multicarenciadas, ubican a la Familia como factor de riesgo que acoplan las manifestaciones conductuales disruptivas y violentas de niños, niñas y adolescente con incidencia directa en el proceso de aprendizaje.
Tales factores familiares de riesgo, pueden, al menos, dividirse en cinco grupos, mismos que responden a la naturaleza de los efectos que producen:

*Ciclo vital de la familia, es el proceso a través del cual se constituye, mantiene y desarrolla la familia que puede formarse en torno a ella, es decir, el ciclo que enmarca y determina la vida familiar. Conocerlo permite identificar los objetivos que se debe alcanzar en cada etapa, así como las necesidades que cada uno de sus miembros debe satisfacer. Es importante señalar que ciertos eventos en la vida familiar (divorcio o separación de los padres, alguna enfermedad, muerte, discapacidad…) asumidas como condiciones estresantes afectan no sólo la etapa en que se encuentra la familia, sino también el grado de satisfacción a las necesidades de sus miembros.
*Modelos de familia, las familias se construyen de diversas maneras, sin embargo, el modelo familiar no es en sí mismo un factor de riesgo. El riesgo surge de la poca capacidad de sus miembros para adaptarse a las reglas de convivencia, a que cada uno asuma su función y su responsabilidad y al tipo de disciplina que debe impartirse.
*Estilos educativos, el proceso de educación en la familia involucra satisfacer las necesidades de los hijos e hijas en cuanto a cuidados, sustento (físico y emocional), protección, educación (formación de hábitos, transmisión de valores y adquisición de medios para la adaptación a partir de la escolarización), control, supervisión, acompañamiento, afecto, empatía y apego; cuando estas funciones no son cumplidas, la familia ya no es percibida por sus miembros como un proyecto común y solidario, el apego es insuficiente y las relaciones al interior del grupo se convierten en factores de riesgo. Entre los diferentes estilos de crianza, los que pueden ser considerados factores de riesgo, son:
**El estilo educativo con una disciplina autoritaria e inflexible, frecuentemente, se incorporan también violencia y maltrato, motivo por el que niños, niñas y adolescentes pueden presentar problemas de personalidad y temperamento, como inadecuada autoestima, inseguridad, rebeldía o incluso, alteraciones en su capacidad para tolerar la frustración e insatisfacción por la resolución de sus necesidades afectivas.
**El estilo educativo con una disciplina permisiva-protectora, determina factores de riesgo como la inseguridad en niños, niñas y adolescentes, un inadecuado desarrollo de sus habilidades, escaso contacto social, baja tolerancia a la frustración y escasa capacidad para demorar las gratificaciones, entre otros.

**El estilo educativo con una disciplina indiferente, supone un escaso contacto emocional entre los miembros de la familia y puede ocasionar que niños, niñas y adolescentes tengan dificultades para fortalecer adecuadamente su autoconfianza y para desarrollar la capacidad del autocontrol; asimismo, sus emociones, relaciones de pertenencia y apego familiar pueden encontrarse afectados.
*Relaciones al interior de la familia, cuando los miembros de la pareja se relacionan entre sí y los padres y madres se relacionan con los hijos e hijas a través de la interacción basada en la violencia física, descalificación, desvalorización, el rechazo, el abuso o la distancia, se impide su evolución afectiva. Estas demostraciones insuficientes pueden convertirse en factores de riesgo debido a que originan vínculos familiares débiles, insatisfacción, emociones cargadas de odio, desesperanza y desprotección, dificultades para crear y desarrollar apego.

    Las interacciones evasivas, propias de parejas, padres y madres que han optado por un estilo de crianza basado en la indiferencia, se traducen en poca atención por las emociones, necesidades y percepciones de niños, niñas y adolescentes, así como en pobre estimulación positiva, escasa paciencia y comprensión; condiciones que pueden llevar a que los hijos e hijas perciban el mundo como hostil e impredecible y a que desarrollen emociones que les impedirán establecer adecuados procesos de socialización.

    Por otro lado, la ausencia de diálogo, además, propicia el deterioro de los límites que los padres y madres deben establecer hacia el comportamiento de los hijos e hijas, en tanto, al no verbalizar las emociones, ignorar cómo expresar pensamientos, dirigirse a ellos casi exclusivamente a través de la crítica, la desvalorización y el señalamiento hostil; trae como consecuencia la pérdida mutua de la confianza lo que lleva, a su vez, a límites intransigentes, débiles o poco claros.
    Para finalizar, cabe denotar que, esta cadena de actitudes equivocadas, repercute en la repetición de modelos violentos, en tanto, se concibe como verdadera tal forma de convivir, al tiempo que los niños, niñas y adolescentes se desarrollan con poca capacidad para autodirigirse y por lo tanto, bloquea la autonomía, la capacidad de resolución y respuesta ante situaciones lo que limita el aprendizaje.
   En una próxima entrega, presentaré una serie de actuaciones en niños, niñas y adolescentes que, combinados, se colocan determinantes en la existencia de conductas poco adaptativas, disruptivas y violentas.

Referencias:

Covadonga, M. (2001).Factores Familiares vinculados al bajo rendimiento escolar. Revista Complutense de Educación [Revista en Línea]
Osorio, A. & Álvarez, A. (2004) Introducción a la Salud Familiar- San José, Costa Rica: Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (CENDEISSS).
Sanz, I. (2010a). La Familia como factor protector o de riesgo del aprendizaje y desarrollo en general de los niños y las niñas. En: DISCAPACIDAD DIGITAL IBSN: 1-70-770-2608. [Documento en Línea] Disponible en: http://discapacidaddigital.blogspot.com. [Consulta: 2013, 04 Octubre].
Sanz, I. (2010b). Dificultades de aprendizaje en el contexto afectivo-motivacional y aprendizaje autorregulado. En: DISCAPACIDAD DIGITAL IBSN: 1-70-770-2608. [Documento en Línea]Disponible en: http://discapacidaddigital.blogspot.com. [Consulta: 2013, 04 Octubre].
Sanz, I. (2011). El Microsistema Familiar como Unidad de Análisis. Material Mimeografiado. Caracas: Autora.


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Ingrid Sanz

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FACTORES QUE INCIDEN EN LA CONDUCTA DISRUPTIVA Y VIOLENTA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES. (Repercusión en el Aprendizaje) PARTE I

Tomada de la Web
     En un artículo anterior referido a la familia como factor protector o de riesgo, (Sanz, 2010a), inicio el texto señalando que toda familia forma y educa al niño o la niña de acuerdo a su particular modo de vida, influenciado éste por la realidad social, económica e histórica de la sociedad en la que se encuentra inserta, complementándose además, por las diferencias en las prácticas educativas parentales según sea la dinámica desarrollada en el grupo familiar. 
     En consecuencia, se coloca a la familia, como el actor facilitador o inhibidor más importante en el desarrollo y aprendizaje de la persona.

    En correspondencia con lo anterior, en el presente artículo intento mostrar ciertos factores familiares que ubican a esta Institución como factor de riesgo en las diferentes manifestaciones conductuales disruptivas y violentas de niños, niñas y adolescente con incidencia directa en el aprendizaje. 

   Al respecto, cabe señalar que desde la familia se forman, transmiten y mantienen valores, creencias y actitudes que determinan el modo de pensar y comportarse de las personas, es lo que pudiera denominarse: Determinantes Psicológicos y de Socialización, en tanto, niños, niñas y adolescentes aprenden de los actos y las formas de expresión verbal y no verbal de sus padres y madres como figuras de autoridad,  al tiempo que despliegan comportamientos que, además de permitir su posterior identificación como hombres y mujeres, son susceptibles de determinar su propensión a involucrarse en conductas de riesgo.

    Por otra parte, existen ciertas características, los Mediadores Psico-Biológicos, que determinan que niños, niñas y adolescentes tengan un inadecuado o limitado desarrollo de las habilidades necesarias para aprender e interactuar con otros y con el medio. Son ellas, las vinculadas al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, la poca capacidad para manejar conceptos abstractos o para reflexionar y predecir las consecuencias del comportamiento y las Dificultades para el Aprendizaje Afectivo-Motivacionales, definiéndose estas últimas como creencias, por parte de los niños, las niñas y los adolescentes de ausencia de competencia académica, bajas expectativas de logro, reducido interés y la motivación que generan actitudes reactivas y escasa persistencia hacia la tarea escolar y desarrollan baja autoestima, comportamientos disruptivos y violentos, inhibiéndose, por lo tanto, la conducta autorreguladora del aprendizaje (Sanz, 2010b)

    Estas dificultades suelen traducirse en problemas de comportamiento, de autocontrol, de tolerancia a la frustración o bien, en limitaciones para valorar adecuadamente actos parasociales o antisociales, cuya presencia, frecuentemente, es motivo para el rechazo familiar y social, el aislamiento, la deserción escolar o problemas de aprendizaje, de ahí su vinculación con las conductas de riesgo.

     Ahora bien, esta combinación de características: Determinantes Psicológicos y de Socialización y Mediadores Psico-Biológicos, se refieren a particulares relacionadas con la construcción y fortalecimiento de la personalidad y del temperamento e influyen en las formas de afrontamiento de la realidad que se adopta. En este sentido, al colocarse como factores de riesgo, pueden incidir en la tendencia de niños, niñas y adolescentes a incurrir en conductas disruptivas, violentas y hasta infractoras, razón por la cual la actuación de la familia como contexto ecológico primario de formación, cobra importancia.
 
En una próxima entrega, presentaré los factores familiares de riesgo
Referencias:

Covadonga, M. (2001).Factores Familiares vinculados al bajo rendimiento escolar. Revista Complutense de Educación. 12 (1)81-113.

 
Osorio, A. & Álvarez, A. (2004) Introducción a la Salud Familiar. San José, Costa Rica: Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (CENDEISSS).
 
Sanz, I. (2010a). La Familia como factor protector o de riesgo del aprendizaje y desarrollo en general de los niños y las niñas. En: DISCAPACIDAD DIGITAL IBSN: 1-70-770-2608. [Documento en Línea] Disponible en: http://discapacidaddigital.blogspot.com. [Consulta: 2013, 04 Octubre].
 
Sanz, I. (2010b). Dificultades de aprendizaje en el contexto afectivo-motivacional y aprendizaje autorregulado. En: DISCAPACIDAD DIGITAL IBSN: 1-70-770-2608. [Documento en Línea]Disponible en: http://discapacidaddigital.blogspot.com. [Consulta: 2013, 04 Octubre].
 
Sanz, I. (2011). El Microsistema Familiar como Unidad de Análisis. Material Mimeografiado. Caracas: Autora.

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FUNCIONES EJECUTIVAS EN EL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (Parte III)

     De acuerdo con las referencias consultadas, hoy día, no existe un claro consenso en cuanto a la definición de Funciones Ejecutivas, no obstante, se han llevado a cabo una revisión de modelos que pretenden precisarlas y dar explicaciones, concluyendo que son una combinación de múltiples capacidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes, el inicio de las actividades, su autorregulación y la habilidad para llevarlas a cabo de manera eficiente.
    
    Por otro lado, las referencias reportan, que las investigaciones coinciden en señalar que las Funciones Ejecutivas: (a) posibilitan a la persona el control y regulación de su conducta mediante diversos procesos cognitivos y (b) las regiones de la corteza prefrontal (caracterizada por su gran flexibilidad neuronal) y sus conexiones con distintas regiones subcorticales y con otras áreas cerebrales posteriores, son las encargadas del funcionamiento ejecutivo. 

     Ahora bien, cómo las Funciones Ejecutivas se ven afectadas en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
     En lo referente a la Planificación, implica (en función de los objetivos que demande la tarea o la situación), la incapacidad de anticiparse a los futuros acontecimientos, trazarse los objetivos necesarios para la ejecución conforme a la tarea y el desarrollo a tiempo estos objetivos, siguiendo, además, los pasos necesarios para la realización de los mismos. Mientras que la Programación, resalta la imposibilidad de estructurar las acciones necesarias específicas: ordenamiento clasificar, categorizar y sistematizar, para alcanzar la meta.
 
     En el caso del Control, denota la dificultad de auto-monitoreo para la puesta en marcha del plan y su ejecución, con el fin de comprobar si se ajusta a lo elaborado y si se siguen todos los pasos necesarios para su logro. Por su parte, la Flexibilidad, precisa la imposibilidad de corregir los errores que se aprecian, incorporar conductas nuevas en función de los cambios que se precisen y el adaptarse al nuevo plan.

     Con respecto a la Persistencia, se distingue la dificultad para distinguir, filtrar y rechazar estímulos e ideas o abandonar la actividad,  que sean irrelevantes para la ejecución del plan. A su vez, la Evaluación, implica, la incapacidad para reconocer, además de refuerzos positivos y/o negativos, el cumplimiento parcial y/o total del plan y culminar la acción.

     Para finalizar, se tiene que, las Funciones Ejecutivas presentadas, en su desenvolvimiento típico, se relacionan y ordenan, jerárquicamente, en función de la importancia que tienen para la ejecución adecuada de una tarea; de modo que, en las personas con TDAH, se dificulta sobremanera  sus quehaceres cotidianos.

     Específicamente, los niños y niñas con TDAH, manifiestan en primer lugar, déficit en las Funciones Ejecutivas de planificación y de programación lo que los lleva, por ejemplo (a) no utilizar para su trabajo una planificación que los y las guíe con el objetivo de conocer paso a paso lo que han de hacer y el tiempo que tienen para hacerlo; (b) no emplear guías de pensamiento mediante las cuales puedan desglosarse la tarea en pasos sencillos, para facilitar su ejecución; entre otros.

     En segundo y último lugar, déficit en el auto-monitoreo, en la flexibilidad, en la persistencia y en la evaluación, que ocasiona problemas para: (a) supervisar las tareas mientras se realizan y una vez estén finalizadas; (b)detectar y/o corregir los posibles errores; (c) adaptarse a un nuevo plan, si es que el anterior no es llevado a la práctica con éxito; (d)centrarse en los detalles relevantes de la tarea, obviando los irrelevantes;(e) mantenerse haciendo la tarea hasta conseguir finalizarla; entre otros.
 
Referencias:

Barkley, RA. (2006). La naturaleza del TDAH. Historia. En: Desorden de Atención con Hiperactividad. Un Manual para el diagnóstico y el tratamiento. 3ª ed. Londres: The Guilford
Press; pp 3-75.

Sánchez, R. y Narbona, J. (2001). Revisión conceptual del sistema ejecutivo y su estudio en el niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Revista de Neurología, 33(1), 47-53.

Seidman, LJ. (2006). Funcionamiento neuropsicológico en personas con TDAH durante toda la vida. Revista Clin Psychol Aug 26 (4):466-85

Soutullo C, Diez A. (2007). Manual de Diagnóstico y Tratamiento del TDAH. Madrid: Ed. Médica Panamericana.
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Día Mundial del Síndrome de Down 21 de marzo

Atleta Venezolano Josué Escalona, medallista de Bronce por el tercer lugar en los 100 y 50 metros Pecho en el VI Campeonato Mundial de Natación para personas con Síndrome de Down. Noviembre 2012 en la ciudad de Loano, Italia.  Foto/Fuente: noticias24.com

 
Hoy es el Día Internacional del Síndrome de Dawn. Por ello, observen el siguiente artículo tomado de la Organización de las Naciones Unidas
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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (Parte II)

   
  Como se señaló en el artículo anterior, en el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), los Procesos Psicológicos del Sistema Ejecutivo y las Funciones Ejecutivas afectados, de acuerdo con las referencias consultadas, son, en el caso de los primeros: el control ejecutivo del comportamiento (factor primario en el TDAH), la memoria de trabajo, la atención, el lenguaje y su interiorización, la autorregulación de la motivación y el afecto y, finalmente, los procesos de análisis y síntesis. Mientras que para las segundas: la planificación y organización, automonitorización y evaluación, flexibilidad  cognitiva y la persistencia.
 
     En lo referente al control ejecutivo del comportamiento, implica una falta de inhibición de la conducta o dominio del comportamiento, motor y lingüístico, para autorregular el pensamiento, limitar la influencia de estímulos externos y responder o no a los acontecimientos que se demanden. Ello, conduce a dos aspectos de relevancia presente en cualquier escenario y situación. El primero, a una actividad motriz incesante, inadecuada e inoportuna, con presencia extremadamente inadaptativa que limita las posibilidades de aprendizaje escolar como las relaciones interpersonales. El segundo, una significativa dificultad en el control del proceso de atención, necesario para el control ejecutivo, coordinado y reflexivo del pensamiento y la conducta.
 
     En el caso de la memoria de trabajo, es definida como el déficit en la capacidad de almacenamiento y procesamiento de la información temporal y limitado. Es decir, se dificulta la posibilidad de retener algunos datos de información y simultáneamente, compararlos, contrastarlos o relacionarlos entre sí. De esta manera, con la memoria de trabajo, se ve afectado uno de los componentes cognitivos más importantes de la capacidad ejecutiva, necesario para los procesos cognitivos de alto nivel como son: la comprensión del lenguaje hablado y escrito, la lectura y el razonamiento, entre otros.
 
     Desde lo anterior, según lo reportado por la bibliografía consultada, se tiene que, las personas con TDAH, presentan menor eficacia en la codificación de los estímulos y una atribuida tendencia a prolongar la activación el estímulo vigente, razón por la cual, se les cataloga de olvidadizas y que sólo viven el presente, sin prestar atención a las consecuencias futuras de sus actos, ni proyectarse con metas en el tiempo. Esta situación, no es producto de un problema estructural de la memoria de trabajo, más sí, del modo en que se opera con la información antes de expresar una respuesta en función de los requerimientos de la tarea.
 
     Con respecto al proceso de atención, se advierten tres tipos: (a) Atención Selectiva: hace referencia a la imposibilidad de centrarse en un estímulo, como también el realizar una diferenciación de los estímulos que no son relevantes y que distraen de la tarea en curso, (b) Atención Sostenida: dificultad de mantener la atención focalizada en una misma tarea durante un período de tiempo prolongado y (c) Atención Dividida: consiste en la incapacidad de atender a más de un estímulo o tarea relevante al mismo tiempo.
 
     En lo relativo al lenguaje y su interiorización, las referencias señalan que, en general, con mayor frecuencia existen trastornos y alteraciones del habla y del lenguaje: déficit en las habilidades lingüísticas básicas (procesamiento fonológico, semántico y morfosintáctico) y las dificultades pragmáticas (compendio de habilidades lingüísticas y cognitivas), son las más afectadas en el TDAH y además  requiere una alta exigencia. Por otra parte, argumentan las referencias, existe un rol del lenguaje en la actividad voluntaria dirigida, que en las personas con TDAH, por existir un retraso en la interiorización del lenguaje y en su integración, se infiere, como la causa para adoptar un comportamiento gobernado por reglas y del retraso en el desarrollo moral.
 
     Con respecto a la autorregulación de la motivación y el afecto, reporta la bibliografía, es la imposibilidad de retrasar la respuesta, es decir, inhibir el impulso a responder y esperar para que proporcione al cerebro tiempo de poder separar la información que le llega: las emociones y la información o el contenido del evento y de esta forma, evaluar los acontecimientos de una manera más objetiva, racional y lógica y así las respuestas sean automoderadas y autocontroladas para ser más aceptables socialmente y más eficaces en la toma de decisiones.
 
     Se destaca también que el déficit en la autorregulación de la motivación y el afecto, explicaría el hecho de que los niños con TDAH sean más emotivos, debido a que no inhiben sus primeras reacciones a la situación dada, por lo que no tienen tiempo de separar sus emociones de los hechos, desencadenándose inconvenientes en sus relaciones con los demás (padres, profesores, compañeros, hermanos) y los hace parecer más inmaduros emocionalmente. Por otro lado, tampoco son capaces de autorregular sus motivaciones o de automotivarse, para la consecución de objetivos. Debido a lo cual, necesitan de constantes refuerzos externos para persistir en una tarea sin perder de vista su objetivo y sin distraerse.
 
     En referencia a los procesos de análisis y síntesis, se argumenta en las referencias que el proceso de análisis implica la inhabilidad para desglosar la información que se recibe en partes o unidades más pequeñas; y el proceso de síntesis, a la imposibilidad para recombinar esas partes en nuevos mensajes o instrucciones y por lo tanto se es difícil escoger el mensaje o la conducta resultante que sea más adecuada.
 
     En resumen, se tiene que, de la carencia de inhibición conductual, como factor primario, se derivan dos factores secundarios: la hiperactividad y el déficit de atención, de los cuales, a su vez, proceden otros factores como son: la impulsividad y el déficit en la: memoria de trabajo, autorregulación de la motivación y el afecto, interiorización de lenguaje y los procesos de análisis y síntesis.
 
     En la próxima entrega, se estará desarrollando, las Funciones Ejecutivas afectadas con el TDAH.

Referencias:

Barkley, RA. (2006.) La naturaleza del TDAH. Historia. En: Desorden de Atención con Hiperactividad. Un Manual para el diagnóstico y el tratamiento. 3ª ed. Londres: The Guilford
Press; pp 3-75.

Sánchez, R. y Narbona, J. (2001). Revisión conceptual del sistema ejecutivo y su estudio en el niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Revista de Neurología, 33(1), 47-53.

Seidman, LJ. (2006). Funcionamiento neuropsicológico en personas con TDAH durante toda la vida. Revista Clin Psychol Aug 26 (4):466-85

Soutullo C, Diez A. (2007). Manual de Diagnóstico y Tratamiento del TDAH. Madrid: Ed. Médica Panamericana.


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18 de Febrero de 2013: Día Internacional del Síndrome de Asperger

Hoy es el Día Internacional del Síndrome de Asperger. Por ello, observen el siguiente artículo tomado de La Fundación Autismo Diario: "En los últimos años cada vez se habla más del Síndrome de Asperger en medios televisión, radio, prensa, cine,…, pero, lejos de estar afianzándose una visión realista sobre el Síndrome, cada vez parece distorsionarse más la auténtica realidad que hay tras esta condición y que con la revisión del DSM-5 va a ser diluida dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo"...
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TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD (Parte I)

   Han pasado más de cien años de avance notable en cuanto a la conceptualización, naturaleza, implicaciones, formas de evaluación y abordaje, desde que George Still en Inglaterra, a finales del siglo XIX y principios del XX, describiese las características de un Síndrome que, posteriormente, se denominara Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)

   Durante el paso de estos cien años, reportan las referencias, distingue, inicialmente, una visión plenamente clínica, que señala es producto de un daño cerebral adquirido, una disfunción cerebral mínima, alteración genética, o por deficiencias en vitaminas y minerales, dietas alimenticias excesivamente ricas en colorantes y conservantes, entre otros, con propuestas de tratamientos también muy diversas.
 
   Luego, en los años 60, se evidencia una perspectiva con explicaciones psicoeducativas, centrada en la conducta de las personas con TDAH, en tanto, prevalecía la creencia que era la conducta manifiesta, la única con posibilidad real y exitosa de abordaje. No obstante, en la década de los 80, confluyen las dos posturas (clínica y psicoeducativa), que de acuerdo con las referencias, continúa hoy vigente en la comunidad científica y profesional. 
 
   Tal convergencia de perspectivas -clínica y psicoeducativa-, denota que el TDAH es un trastorno de origen neuropsicológico que afecta a procesos psicológicos básicos involucrados en la adaptación socioafectiva, familiar y el aprendizaje, (inatención, ausencia de control inhibitorio de la conducta y dificultades en la autorregulación de las funciones ejecutiva) que puede darse a lo largo de toda la vida de la persona, pero se presenta, particularmente, en la edad escolar y la adolescencia; razón por la cual, se propone su abordaje desde un enfoque multidisciplinar que combine los aspectos neurofarmacológicos con los psicoeducativos.
 
   Ampliando lo antes señalado, el TDAH, en la bibliografía consultada, se devela como un trastorno intrínseco a la persona, destacándose, que es debido a una alteración del Sistema Ejecutivo (responsable de controlar los procesos necesarios para resolver problemas y conseguir objetivos futuros, en tanto, organiza e integra los procesos cognitivos), producto de un retraso en la maduración de los componentes estructurales vinculados al trastorno, que provoca disfunciones en sus componentes neuropsicológicos y, por tanto, afecta de modo directo a los Procesos Psicológicos del Sistema Ejecutivo y a sus Funciones Ejecutivas.
 
   Al hacer mención de los componentes estructurales del Sistema Ejecutivo se hace referencia a aquellos componentes del Sistema Nervioso Central implicados en el TDAH como son los lóbulos frontales, el cerebelo y los ganglios basales.
 
   En el caso de los lóbulos frontales, presumiblemente, las personas con TDAH, presentan dificultad para inhibir la conducta, mantener la atención, usar el autocontrol, establecer fines y objetivos y, posteriormente, concebir los planes de acción necesarios (reglas o instrucciones) para alcanzarlos, seleccionando, coordinando y aplicando las habilidades cognitivas necesarias para, finalmente, evaluar el éxito o fracaso de las mismas, proyectándose hacia el pasado o futuro (manipulando y transformando las representaciones internas) en función de los fines que se pretendían conseguir.
 
   Por otra parte, la bibliografía reporta que investigaciones actuales relacionan al cerebelo con procesos cognitivos. Concretamente, se comporta como un centro de procesamiento de información que llega a través de conexiones bidireccionales desde regiones encargadas de la atención, la percepción visoespacial, la memoria y la regulación de funciones ejecutivas y emocionales. En el caso de las personas con TDAH, tales procesos se encuentran alterados. Finalmente, los ganglios basales se encuentran asociados al control motor y emocional. Las personas con TDAH, se infiere, muestran una disfunción en la autorregulación de la motivación y el afecto.
 
   En otro sentido, y para finalizar según las referencias consultadas, los Procesos Psicológicos del Sistema Ejecutivo y las Funciones Ejecutivas afectados, son, los primeros: el control ejecutivo del comportamiento (factor primario en el TDAH), la memoria de trabajo, la atención, el lenguaje y su interiorización, la autorregulación de la motivación y el afecto y, finalmente, los procesos de análisis y síntesis. Mientras que las segundas: la planificación y organización, automonitorización y evaluación, flexibilidad cognitiva y la persistencia.
 
   En la próxima entrega, se estará desarrollando, los Procesos Psicológicos del Sistema Ejecutivo y las Funciones Ejecutivas afectados con el TDAH.
 
Referencias:
 
American Psychiatric Association. (2002). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4ª ed., rev). Washington, DC: A.P.A.

Baddeley, A.D. (2000). The episodic buffer: a new component of working memory. Trends in Cognitive Sciences 4, 417-423.

Barkley, R. A. (2002). Niños hiperactivos. Cómo comprender y atender sus necesidades especiales. Barcelona: Paidós.
 
Barkley, R.A. (2009). Avances en el diagnóstico y la subclasificación del trastorno por déficit de atención/hiperactividad: qué puede pasar en el futuro respecto al DSM-V. Revista de Neurología, 48 (Supl 2), S95-S99.

Brown, T. E. (2003). Trastornos por déficit de atención y comorbilidades en niños, adolescentes y adultos. Barcelona: Masson.

Goldberg E. (2004). El cerebro ejecutivo (2ª ed). Barcelona: Crítica.

Sánchez, R. y Narbona, J. (2001). Revisión conceptual del sistema ejecutivo y su estudio en el niño con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Revista de Neurología, 33(1), 47-53.


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